"Cole The Diminutive", de Brian Kesinger |
Hace unos días se me ocurrió la idea de pedirle a mis seguidores de Twitter su colaboración para una entrevista colectiva en la que pudiera responder preguntas sobre mi autoría y/o mis visiones ante la fantasía. La única limitante que sugerí fue que las preguntas no fueran tan "técnicas" como personales, y que no se formularan como medios para agredirme o traerme recuerdos dolorosos. Por fortuna, nadie hizo una pregunta malintencionada, pero sí me llegaron preguntas más técnicas, que tuve que encarar desde la óptica más personal que pude elaborar.
En fin: estas son las preguntas que recibí, con sus respectivos autores y mis (larguísimas) respuestas. Están agrupadas según dos categorías temáticas: visiones personales sobre la fantasía e influencias y procesos creativos personales. Las preguntas han sido mínimamente editadas, cuando correspondía, para ajustar aspectos ortográficos y gramaticales.
Agradezco profundamente la inventiva y disposición de quienes se sumaron a este ejercicio lúdico. Espero que mis respuestas no los decepcionen.
A fin de facilitar el acceso a las preguntas, y debido a mi ineptitud con el código HTML, he ideado el siguiente sistema: cada pregunta será indicada por una P y el número al que corresponde (PX). En este pequeño índice, consigno el tema general de cada una, su orden de aparición y su autor. Entonces, bastará con que el lector busque el tema de su interés y rastree, vía el comando CTRL + F, el número de pregunta correspondiente.
P1: Definición personal de fantasía (Pregunta de @labalteria)P2: Expresión de la fantasía en diversos medios artísticos y narrativos y su relación con lo comercial (Pregunta de @Anima_sk)P3: Elementos que considero imprescindibles en la fantasía (Pregunta de @tamittoe)P4: Elementos no imprescindibles de la fantasía que me gustan (Pregunta de @ciudadsupernova)P5: Visión personal sobre los paralelismos históricos en la fantasía (Pregunta de @pj_terol)P6: Por qué elegí la fantasía por sobre otras expresiones imaginativas / Visión personal sobre la pervivencia de la fantasía (Preguntas de @nentepetl)P7: Elementos reiterativos en mi obra de fantasía (Pregunta de @eljpmedina)P8: Cuáles tipos de dragones prefiero (Pregunta de @ciudadsupernova)P9: Sobre la escritura de mis personajes (Pregunta de @andurin)P10: Sobre la creación de mis mundos secundarios (Pregunta de @manodesombra)P11: Sobre el arco Lost Children del manga Berserk / Algunas bandas sonoras favoritas de videojuegos que, para mí, expresan la esencia de la fantasía (Preguntas de @sotan_n)P12: Música que me ha influenciado en mi escritura de fantasía (Pregunta de @vardheren)
CUESTIONARIO
I. Visiones personales sobre la literatura de fantasía
Autora: @labalteria
P1: Vamos a las preguntas obvias y difíciles: ¿Qué es, para vos, la fantasía? ¿Cuál es su especificidad? Conste que, adrede, no estoy preguntando qué tendría que ser, ni cuál es su valor, importancia o belleza.
R: Esta pregunta se me hizo sumamente difícil de responder, entre otras cosas, porque muchas nociones que se me vienen enseguida a la mente no son, paradójicamente, específicas de la fantasía, pero que sí me parece que, en su unión, la fantasía aborda de manera excepcional. No me detendré en ellas porque creo que las sugiero en muchas otras respuestas.
Otro problema que me planteaste es la limitación a aludir a desvíos que justamente me habrían facilitado, creo, el asunto: la alusión a su valor, importancia o belleza, que son terrenos en los que siempre suelo divagar cuando hablo de fantasía.
Es curioso, entonces, pensar que lo que significa para mí la Fantasía no sea acaso una especificidad en sí, sino la especificidad inefable que se produciría en la conjunción de elementos no exclusivos. También lo es que para mí la fantasía sea justamente algo valioso, importante y bello. ¿Es todo esto algo problemático? No lo sé.
Terminados los preámbulos, y ateniendo a las limitaciones impuestas, diría que la fantasía, para mí, se define ante todo por un sentido de encantamiento. [No uso la expresión de "sentido de maravilla" porque suelo verlo empleado asociado a la ciencia ficción, cosa que no entiendo (lo último que me produce ese tipo de ficción es maravilla)]. Creo que "encantamiento" es un concepto que permite englobar todo lo que la fantasía hace en mí, como autora y lectora: me transforma desde sus historias, que se vuelven las mías; me muestra otras posibilidades de existencia, así sea en mundo secundarios autónomos o en mundos primarios con elementos mágico; me hace desear, aunque sea por unos instantes, seguir viviendo y ser más humana, a partir de sus habituales narrativas eucatastróficas, formativas y aventureras.
Por supuesto, podríamos decir que el "encantamiento", así entendido, tiene también sus reveses o peligros, la menos antes de alcanzar todo lo anterior. A veces el hechizo es tan fuerte que más bien tiende a apartarte en principio de la realidad y su gente, tan pálidas y crueles en comparación. De ahí que, para mí, el principio del encantamiento deba plasmarse más allá de la obra misma y emplearlo, como se pueda, en el tejido de nuestra realidad.
Nuestras palabras aquí no van a crear ningún mundo secundario ni a conjurar ningún hechizo resplandeciente, pero quiero creer que la fantasía puede ayudarnos a usarlas de maneras más efectivas para consolar a los que, normalmente, serían inconsolables.
Espero no haberme desviado de tus preguntas, Lupe. Acaso lo que me hayas preguntado sea nuestra gran interrogante de vida, y quizá el encantamiento estribaría, por una vez, en no aterrizarla en palabra fija alguna.
Autor: @Anima_sk
P2: ¿En qué radica la esencia de lo fantástico desde sus raíces? ¿Cómo esta se traslada a diferentes medios ya sean antiguos o modernos como la literatura, la pintura, los juegos, la música o las películas? No sé si será muy técnico, pero luego de ver tus impresiones de la fantasía, que claramente se escapan a la visión comercial/superficial que todos conocemos, esto me ha estado rondando y por eso me duele haber faltado al curso que estabas haciendo xDR: Las diferencias conceptuales entre fantasía y fantástico las abordé en este artículo. Responderé tus preguntas suponiendo que te enfocas en el concepto de fantasía.
En efecto, tus dudas sí tienen una base técnica, así que primero responderé por ahí y luego lo aterrizaré a impresiones más personales.
En principio, sí, no me interesa mayormente la fantasía de veta comercial, que es la que más se promueve y prácticamente la única que se conoce en el mundo académico de letras hispanoamericanas, que ambos compartimos como formación. Pero, desde luego, esta no es la única manifestación de literatura de fantasía que existe.
Creo que la distinción más práctica en esta línea es la que realiza Brian Attebery en Strategies of Fantasy: la fantasía como modo, género y fórmula. A grandes rasgos, él propone que la primera corresponde a toda ficción imaginativa previa al establecimiento de la fantasía como categoría literaria y que sin embargo comparte algunos aspectos con ella. Aquí podríamos incluir mitos, leyendas y cuentos de hada, claro, pero también poemas épicos, novelas de caballería y aun ciertos trabajos, como algunas obras dramáticas de Shakespeare (The Tempest) o poemas feéricos.
La fantasía como género es como usualmente la tendemos a entender quienes sentimos gran pasión por ella, a medio camino entre la flexibilidad artística del modo y una mayor rigidez dada por ciertos elementos que ayudan a reforzar su adscripción a su categoría.
Por último, la fantasía formulaica es aquella que identificas como comercial y superficial, es decir, una reiteración de códigos más bien rígidos que constriñen las expectativas de los lectores. Attebery no considera que esto sea malo en sí, pero creo que esta modalidad sí podría suponer un peligro mecanicista para la fantasía en el caso de que se difunda como la única posible, como parece ser muchas veces el caso en nuestro contexto.
Por supuesto, la propuesta de distinción de Attebery puede pecar de rígida. Tampoco me termina de convencer el rótulo de "género" para la fantasía que quizá más me interese; creo que está muy marcado, justamente, por el filtro comercial, casi tanto como el de fórmula.
Rodeando tu pregunta, no creo que necesariamente otras modalidades narrativas o artísticas en las que la fantasía ha podido encarnarse en el tiempo estén atadas a lo comercial. Es decir, no creo que necesariamente un videojuego de Fantasía sea menos valioso estéticamente que una novela solo porque esta adopte una forma literaria tradicional. Sí creo que cada una de estas expresiones requiere del dominio de sus propios códigos para conseguir alcanzar el máximo de sus potencialidades en tanto obras de fantasía. Esto queda muy patente, a mi parecer, en el caso de manifestaciones transmediales, en las que no se trata simplemente de adaptar una historia contada en un medio específico a otro. Cuando funciona bien, se trata más bien de crear otras dimensiones de aquella historia, explorando los recursos que el otro medio puede ofrecer.
Un problema habitual que detecto en la literatura de fantasía comercial, de hecho, estriba en que algunos de sus creadores poseen una gran afición a la fantasía a partir de medios no literarios (o no prosísticos, si se quiere). Esto implica que, al desconocer las propiedades intrínsecas de la literatura, traten de forzar o implementar códigos de otros medios en su prosa, con resultados dispares.
Personalmente, nunca he entendido muy bien por qué parece haber tantos autores de fantasía a los que en realidad no les gusta leer mucho fuera de la fantasía, o que incluso no les guste leer a secas. Creo que la literatura es uno de los medios más potentes para la fantasía, pues su materialidad es altamente simbólica y evocadora en su dependencia de un sistema de signos tan particular como el lenguaje lingüístico. Que conste que no me refiero a estudiar literatura, como por fortuna o desgracia hicimos nosotros, sino a leerla con ahínco.
Ojalá esta situación pudiera revertirse, sin que ello implique abandonar esas otras manifestaciones narrativas que también nos formaron, sino más bien integrarlas de otras maneras en nuestros textos.
Autore: @tamittoe
P3: ¿Qué es para ti algo imprescindible en una historia de fantasía? Puede ser cualquier cosa, algo en la narración, personajes, mundo, etc.
R: La evocación y creación de otro mundo, o el encantamiento de este. En el caso específico de la literatura de fantasía, estos estados, a mi juicio, solo se pueden transmitir al lector desde un uso apropiado del lenguaje, que logre recrear en su imaginación visiones y nociones inexistentes aquí, pero que igualmente pueda encontrar en este mundo a modo de huellas, ecos o raíces.
Al respecto, quisiera hacer dos aclaraciones pertinentes: al responder lo anterior, no estoy pensando ni en el worldbuilding ni en un lenguaje florido, como podría esperarse. Personalmente creo que la noción popularizada de worldbuilding como constructo ha mecanizado el proceso creativo de creación de mundo secundarios, atomizándolo en secciones de política, religiones y estructuras sociales y culturales generales. Me cuesta conectar íntimamente con mundos así concebidos, aunque pueda valorar el trabajo meticuloso de trazado y unión de elementos. Me siento mucho más remecida por las construcciones mitopoéticas, que implican, como el nombre sugiere, la creación de mitos propios. Creo que el mito, como modelo, llega a englobar todas nuestras dimensiones humanas trascendentes. Personalmente, eso sí, me cuesta horrores abordar una aproximación mitopoética en mis propias historias, por lo que prefiero trabajar con mundos encantados más pequeños y condensados en su maravilla.
En cuanto al lenguaje florido, me he encontrado con muchos casos en los que se piensa que, para escribir fantasía, se necesita un estilo muy recargado en lo lírico o muy descriptivo. En realidad, creo que lo que se necesita es un equilibrio y una precisión léxica y sintáctica que logre sostener ese otro mundo y esa otra historia, a fin de contarla tal y como es o debería ser.
Es importante recordar también que la idea de que qué tan florido puede ser un estilo va a depender mucho del lector y de sus costumbres lectoras. Si suele leer textos fuertemente descriptivos, una descripción extensa pero bien lograda de una geografía de fantasía no le parecerá en lo absoluto excesiva. Pero si, en cambio, está acostumbrado a narrativas más llanas y ágiles, quizá cualquier ejercicio descriptivo sobrio se haga un tanto pesado de leer. Personalmente, creo que es bueno leer y experimentar escribiendo diversas modalidades estilísticas, aunque tengamos nuestras preferencias personales como lectores y autores.
Un último factor que es muy importante para mí, aunque quizá pueda ser discutible en otros en cuanto a su cualidad de imprescindible, es un tono general de tristeza y la presencia de una redención final.
Algo en mí me dice que solo personas rotas o que, aun siendo mayormente felices presentan una grieta en su corazón, sienten una verdadera inclinación hacia la fantasía, y que esa búsqueda de algo que sane y salve termina traspasándose de una forma u otra a sus historias.
¿Qué piensas tú?
Autor: @ciudadsupernova
P4: ¿Qué cosas de la buena fantasía no consideras imprescindibles pero te encanta cuando aparecen en un libro? (ciertos tropos, algún tipo de temática o setting específico, clichés, alguna criatura mágica, etc.)
R: ¡Me encanta esta pregunta! Hay muchas, muchas cosas, en las que en realidad no he solido pensar por centrarme casi siempre en lo más "esencial".
Protagonistas feos (y, sobre todo, feas). Tristeza y soledad a raudales. Niños maltratados. Intertextos de homenaje más o menos explícitos con mis cuentos de hadas favoritos, o incluso con otras obras o autores de fantasía. Dragones. Metaficción. Magia salvaje.
Todos estos elementos, por supuesto, tienen que ver de una u otra forma conmigo misma. Pero no ahondaré en las razones para que así sea más misterioso :)
Autor: @pj_terol
P5: ¿Qué piensas del uso de paralelismos históricos reales en la fantasía? Particularmente lo que hacen algunos autores modernos cuando "reproducen", en versión fantástica, acontecimientos traumáticos de la historia propia, como un intento de reflexión o quizá de sanación.
R: En sí mismos, como propuestas narrativas, los paralelismos no me parecen descartables. Lo que me molesta es la recepción habitual del público, que parece considerarlos un elemento de valor en sí mismo. Lo que parecen esconder muchas de esas valoraciones, creo, es un desprecio implícito por la imaginación, pues se tendería a pensar que la sola base histórica, por más transformada que aparezca, es más meritoria que un mundo secundario.
Es algo que he pensando mucho en torno a la recepción de la obra de Liliana Bodoc en contextos académicos latinoamericanos. Que sea una obra de fantasía no parece importarle a estos críticos; solo les importa su lectura alegórica de la Conquista de América. Ni siquiera parecen interesarse en preguntarse críticamente en qué aporta a este proyecto la elección consciente de la autora por la forma de la fantasía épica, más allá de pensarla como una suerte de respuesta a la fantasía metropolitana (que lo es, pero me temo que también desde una óptica menos revanchista de la que esperarían). Esta molestia, muy personal, la abordé en un artículo académico hace unos años.
Ahora, todo esto que he mencionado es desde el plano de la recepción. Desde la autoría, si esta elección obedece a motivos propiamente creadores, me parece un enfoque con mucho potencial. De hecho, creo que justamente lo que señalas va en esa línea: promover una reflexión o una sanación en torno al evento histórico de fuente que, quizá, no se ha podido alzar desde otras vías. Es importante recordar que la imaginación tiene un componente regenerativo y hasta cierto punto utópico, por lo que pienso que, bien llevado, un proyecto de fantasía histórica podría ayudar a abordar de maneras nuevas y refrescantes determinado evento o periodo.
Sobre la compleja intersección entre historia y literatura y la difuminación y nitidez de lo que entendemos por realidad, recomiendo el libro La historia es una literatura contemporánea, de Iván Jablonka. Si bien no hay mucho que podamos vincular de manera explícita a la fantasía por razones obvias, la discusión de los primeros capítulos en torno al nacimiento de la novela histórica y cómo eso ayudó a revitalizar la disciplina es bastante interesante, y nos ayuda a recordar que incluso el concepto de "novela histórica" es sumamente imaginativo a su modo.
II. Influencias y procesos creativos personales
Autor: @nentepetl
P6: [...] Veo que, en algunas ocasiones, haces una distinción entre lit. fantástica y fantasía y tu inclinación, me parece, es por la segunda. Me pregunto: ¿por qué? Históricamente hablando, en Hispanoamérica ha sido más importante la primera; la fantasía está poco explorada (escrita y estudiada) en español, sí, pero quisiera saber por qué ese apego (léase positivamente el término) a la fantasía. Pienso que, más allá de técnicas y recursos del género (fantasía), éste te agrada porque te permite leer, escribir y profundizar en la realidad fáctica con más ahínco y precisión que otros géneros. Lo mismo puede decirse de la fantástica, toda proporción guardada. Por ello mi curiosidad.
Finalmente, porque se relaciona, ¿por qué elegir la fantasía entre tantos otros géneros? ¿Es una respuesta al realismo que impera casi siempre? Más o menos ocurrió lo mismo y sigue ocurriendo con lit. fantástica y otros géneros (no uso el umbrella term 'speculative fiction').
Una más, ¿crees que la fantasía permanecerá viva, fuerte y con mucho por aportar (en Hispanoamérica, aunque eso no quita hablar de otras regiones y en otras lenguas) en el futuro o decaerá? Como todo género, tiene desarrollo, auge y declive y posible resurgimiento. ¿Qué opinas?
R: En términos estrictamente personales, siempre he amado la fantasía porque solo ella me descubrió una belleza y un consuelo suficientes como para no morirme, tanto desde la literatura como desde los videojuegos. Nada ni nadie más me dio eso cuando más lo necesitaba, y ella me dio todo sin pedirme nada a cambio.
Ahora, como este tipo de respuestas íntimas suele incomodar a la gente, me veo en la necesidad de expandirme por derroteros algo más racionales.
Sin duda, en ello hay algo de lo que mencionas. Al margen de lo más íntimo, siento que la fantasía me entrega posibilidades ético-estéticas muy ricas, más que cualquier otra modalidad ficcional, imaginativa o no. Y entre ellas, claro, está la posibilidad de reconectar con este mundo, que me suele parecer tan ancho y ajeno, y con su gente, tan incognoscible e inconscientemente cruel a veces.
Sugieres que este tipo de cosas podrían realizarse también con la ciencia ficción y lo fantástico, y creo que sí, pero de maneras diferentes, o solo hasta cierto punto. La posibilidad de reencantamiento es algo que me parece lejano a estas otras modalidades imaginativas, por sus propias características estéticas. Tampoco puedo dejar de mencionar que tanto lo fantástico como la ciencia ficción, a mi juicio, tienen una raíz más explícita enterrada en la realidad, y que esa es la razón por la que tienen más prestigio en América Latina. Por alguna razón que no he logrado articular bien, sospecho que este continente desprecia la imaginación más "pura" y que solo tolera sus incursiones en la medida en que estén atadas, ojalá de la manera más evidente posible, con nuestro mundo.
En particular, la ciencia ficción y lo fantástico me parecen demasiado intelectuales. Este alcance puede parecer extraño viniendo de mí, pero creo que el inicio de mi respuesta puede arrojar luces sobre ello: mi filiación principal a la fantasía es, ante todo, espiritual, casi sagrada. Todo lo demás es una filiación exclusiva del intelecto, con todas sus diversiones y limitantes. ¿De qué me sirve a mí la vacilación del fantástico tradicional? Creo que mi mundo ya tiene bastantes amenazas desde lo conocido. ¿De qué me sirve a mí la propuesta utópica o distópica de cierta ciencia ficción? Ningún cambio imaginado, aunque llegase a plasmarse en mi propia sociedad, podría rozar, para bien o para mal, mi núcleo de dolores originales.
Podrías refutarme que me estoy basando en nociones demasiado simples de estas ficciones, y sí. Pero lo que me entrega la fantasía, incluso en sus dimensiones más básicas (viaje del héroe, bien contra el mal; qué sé yo), cuando está escrita con cariño y sinceridad, es mucho más que las posibilidades de lo anterior.
Por todo lo anterior, creo que se entiende mejor que mi preferencia por la fantasía no nace de una oposición al realismo. De hecho, ¡me encanta el realismo decimonónico! Siento que, en espíritu, ciertas obras de autores como Fiodor Dostoyevski, George Eliot, Leonid Andreiev o Charles Dickens están más cercanas a la fantasía que obras que hoy se venden como tales. Y, ciertamente, me gustan mucho más que obras de lo fantástico y la ciencia ficción.
El realismo que me desagrada es el contemporáneo, que suele abordarse en novelas famélicas, fragmentarias, con estilos plomizos (en Chile) o excesivamente líricos sin decir nada (en el resto de Latinoamérica), egocéntricas en torno a un ser personaje (que a veces es un trasunto del autor, o que pretendo serlo de toda una generación) que no me podría parecer más normie.
Siento que este tipo de narraciones está muchísimo más lejos de mí que la novela de fantasía épica promedio, y por eso tiendo a evitarlas. Además, me aburren un montón.
Respecto al futuro de la fantasía, por más extraño y desagradable que suena, espero que colapse comercialmente. Le debo a este "nuevo" boom de los últimos 30 años mi descubrimiento de ella, claro, pero también muchas tristezas por su degradación capitalista, y mucha soledad.
En cuanto a la permanencia de la fantasía, yo diría que siempre ha estado con nosotros, bajo diferentes modalidades. Creo que esto es cierto incluso en nuestro continente; es solo que, por la odiosidad que este le prodiga, me da la impresión de que muchos de estos trabajos están ocultos en la tradición latinoamericana. Ahí estribará nuestra tarea de rescate y defensa.
Pero, incluso si la fantasía pereciera como tal, nos quedarían sus fuentes, que sí son imperecederas: los mitos, los cuentos de hadas, el folclor.
Es probable que, por mi fecha de nacimiento, no llegue a ver en vida ningún resurgimiento de la fantasía como tanto lo hubiera deseado, y en el que quizá hubiera sido menos atacada y más escuchada. Sí espero, al menos, vivir su decadencia pública y comercial, pero creo que lo haré tardíamente, así que no tiene caso urgirse por eso ahora.
El gran consuelo que me queda (o que me debería quedar) es haberle entregado mucho de mí a la fantasía. En sí, haber retribuido a lo que ella me regaló. Todo lo que pase con ella más allá de eso escapa de mi mente y mi corazón, y ninguno de mis deseos ni predicciones en torno a su futuro debiera tener importancia alguna.
Autor: @eljpmedina
P7: Me gustaría saber qué elementos suelen repetirse en tu trabajo literario. Y, sin inmiscuirme demasiado, a qué se deben cada uno de ellos.
R: En general, creo que lo que más destaca son mis personajes internamente marginalizados de las comunidades a las que se supone debieran pertenecer. Es decir, seres que no sienten calzar del todo con sus respectivos mundos y que sufren por ello, pues eso los aparta de la comunicación y el afecto de otros. Esto se constituye como la semilla para que abandonen sus mundos originales y emprendan viajes, tanto internos como externos, que les ayude a obtener respuestas a preguntas que ni siquiera entienden si están bien formuladas. En el camino, desde luego, logran formarse y crecer como individuos, y encontrar compañía y amor en otras personas que también han emprendido sus propios peregrinajes.
Es decir, me gusta abordar una especie de Bildungsroman del ser diferente (?), en el sentido de que, al final del recorrido, los personajes no se reintegran a su sociedad normativa, sino que más bien aprenden a ser ellos mismos y a encontrar sus propios hogares simbólicos (y a amigos o amantes que los aceptan) desde esa identidad.
¿A qué se debe esta preferencia temática? Supongo que a la forma en la que me narro mi propia vida. Me siento exactamente así, como he descrito. Pero sabemos que la vida real puede ser bastante cruel y caprichosa en su asignación de fortunas y maldiciones, así que no puedo esperar una redención que venga solo de ella y de sus azares mundanos. En mi ficción, en cambio, tengo control pleno de lo que pasa, y un sentido de justicia y de salvación hacia los miserables que nada puede quebrantar.
Tal vez yo no pueda salvarme del sufrimiento y de la soledad al final del camino, pero me aseguraré de que todos mis protagonistas sí lo hagan.
Autor: @ciudadsupernova
P8: ¿Preferís los dragones morrudos, como grandotes/fornidos, o esos dragones más orientales/mexicanos, que son como serpientes?
R: Definitivamente, los grandotes. Nunca he sentido mucho aprecio por los dragones no occidentales, aunque su tradición sea igualmente rica que los otros. De hecho, me tardé mucho en reconocer a nuestras serpientes latinas como integrantes de la familia dragonil, pero creo que era más por un sesgo personal. Ellas, para mí representaban una visión más o menos validada de lo mítico latinoamericano que excluía los dragones que yo amaba.
En general, diría que me gustan todos los dragones míticos-literarios que tengan sombra como figuras arquetípicas o personajes. No me convencen los dragones reducidos a animales hiperbolizados o a criaturas adorables solo porque sí. Me gustan en particular los dragones que son una especie de expresión última de lo humano, pero de manera muy exagerada en sus defectos: avaricia, locuacidad, vanidad, rencor, pretensión de superioridad, etc. De ahí que me fascinen los dragones parlantes y su interacción con los seres humanos.
También, aunque no lo parezca, me gustan los dragones tiernos, pero que tengan un planteamiento sólido detrás. Mi ejemplo paradigmático es el dragón de The Reluctant Dragon, de Kenneth Grahame, que es una especie de dandy sensible y cobardica, muy gracioso. Me gusta mucho esa historia porque es muy irónica y muy consciente de la tradición del enfrentamiento entre el caballero (aquí, otro San Jorge) y el dragón, que subvierte desde la performance. Desarrollé este análisis en mi artículo "El dragón humanizado como reescritura de la leyenda de San Jorge en 'The Reluctant Dragon', de Kenneth Grahame".
Autor: @andurin
P9: Los personajes de tus historias son muy atrayentes, y muy distintos unos de otro. ¿Cómo logras eso, para que no sea una tarea titánica?
R: Personalmente no tengo la percepción de que sean tan distintos entre sí. Por el contrario, creo que suelo escribir los mismos tipos (en el sentido de tipo literario) reiteradamente, con más o menos cambios. Es como si ensayara los personajes en diferentes historias. El ejemplo más explícito es mi galería de personajes maternos: son varias, pero todas comparten conflictos y virtudes similares.
Creo que puede crearse la sensación de diversidad porque he publicado pocas historias respecto de todas las que he escrito. Entonces, a partir de esa situación, y siguiendo el ejemplo anterior, el lector normalmente solo podría conocer una única madre, que es la de Adriana en La niña que salió en busca del mar.
En cuanto a la labor de creación y desarrollo de personajes en sí, es una dimensión que me interesa mucho en la escritura narrativa. Creo, además, que es algo que se potencia en la ficción imaginativa, incluso en el caso de trabajos de inclinaciones más comerciales. Tiene mucho sentido, si lo pensamos con detenimiento: si estamos en presencia de un mundo secundario, o de un mundo primario encantado de alguna forma, es de esperar que este influjo feérico o mágico transforme a sus protagonistas en el tiempo. En el caso de lo que comúnmente se denomina "ficción literaria", y que en este caso podemos entender como realismo contemporáneo o como obras en general validadas por las instituciones literarias, esta dimensión parece mucho menos abordada, en desmedro de aspectos estilísticos o ideológicos. Una excepción notable, a mi parecer, es la novela Nuestra parte de noche, justamente porque conjuga una prosa muy pulida con un gran trabajo de caracterización y desarrollo de sus protagonistas.
En lo que a mi propio trabajo con personajes respecta, siento que aún debo explorar mucho el desarrollo de arcos diferentes, sobre todo de varones. Por lo general, cuando los personajes llevan un tiempo floreciendo en mi mente, el proceso de aterrizar sus experiencias en palabras es bastante más fluido de lo que se podría pensar. Pero en general esto se debe a que son personajes con vivencias parecidas (o extrapolables) a las mías, o cuyos arcos se corresponden con algunos de mis tipos favoritos.
En ese sentido, creo que está bien que esta labor sea titánica. Por mucho que tienda y disfrute crear personajes que partan de ciertos moldes definidos, deseo también explorar otras facetas. Y en eso ayudará mucho recordar constantemente que no es esta una tarea sencilla, y que cada palabra, como cada pincelada, importa, y mucho.
Autor: @manodesombra
P10: Por experiencia sé que construir un mundo secundario requiere de mucho trabajo ¿cómo lo haces tú para construirlo en tu propia obra? ¿En qué te inspiras? ¿Qué culturas tomas como referencia?
R: La verdad es que, hasta ahora, no he solido preocuparme demasiado de eso, al menos no en las obras que he llegado a publicar. Suelo trabajar con universos contenidos, en los que se aborda algún tipo específico de encantamiento que sienta las reglas internas de lo mágico. Mi foco suele estar en ciertos tópicos recurrentes en mi escritura, o en el estilo que busco desarrollar. Esto ha sido así desde mucho antes de agarrarle tirria al concepto de worldbuilding como se suelen entender hoy en día.
Para mí, la hoja precede al bosque.
Ahora bien, donde sí estoy más consciente de la necesidad de conjurar un mundo secundario más sólido es en obra mayor. Por supuesto, como es originalmente una obra temprana, sus mimbres son bastante genéricos. Por ello, he estado desde hace algún tiempo dándole vueltas a la idea de crear territorios con identidad geográfica y cultural, pero aún no he articulado lo suficiente estos pensamientos. Lo que menos me interesa es hacer worldbuilding; de ahí que me importe que esta otra propuesta tenga otro origen, y estoy dispuesta a demorarme lo que sea necesario en ella.
Eso sí, de momento puedo confirmar que esto no tiene nada que ver con inspiraciones localistas. Es decir, he ido aprendiendo a reencontrarme con la tierra de Chile desde otras formulaciones (casi todas periféricas, desde la poesía y el ensayo), pero no tengo un aprecio intrínseco por la construcción de "lo chileno", sea lo que sea eso.
Mucho me temo que mis historias siempre parecerán más "europeas" que "chilenas" en la superficie. Pero ahora creo entender mejor que a veces incluso imaginarios aparentemente europeos pueden transmitir, a su manera, inquietudes locales, y sobre todo latinoamericanas. En ese sentido, me ha ayudado mucho estar en contacto con algunos autores de ficción imaginativa de otros países del continente y corroborar que tienen inquietudes culturales similares a las mías.
También debo mencionar en este proceso las investigaciones que he realizado en torno a las formas posibles de la fantasía latinoamericana y sus diferentes vías para discutir "lo latinoamericano", que son maravillosamente y diversas y, en ocasiones, bastante menos obvias de lo que podríamos esperar.
Por supuesto, es posible que otros no entiendan nada de estos sinuosos recorridos y vuelvan a reprocharme que por qué estoy escribiendo como europea de segunda mano (?). Pero ese tipo de críticas estúpidas cada vez me importan menos.
Autor: @sotan_n
P11: No sé si es pregunta pero me encantaría leer tus impresiones sobre Lost Children [arco narrativo del manga Berserk. de Kentaro Miura] y sus elementos feéricos. También me gustaría saber más sobre tus gustos de ost en juegos. ¿Hay algún OST de juegos que para ti represente algún ideario de fantasía?
R: Tengo pendiente escribir analítica e íntimamente de Berserk, sobre todo ahora que su autor ha fallecido, y antes que ello ponerme al día con la historia [Nota contextual: cuando Gabriel me formuló esta pregunta, aún no se revelaba la muerte de Miura]. Al respecto, siento que el arco de Lost Children es muy bello y terrible, e incluso factible de ser concebido como una lectura autonconclusiva, aunque naturalmente adquiera su mayor valía en el contexto de la serie.
Lost Children, en sí, me parece un arco que exprese con mucha agudeza algunas nociones básicas de la tradición literaria feérica, principalmente, pienso, con el poema The Stolen Child de W.B. Yeats. Me encanta el rol que adquieren los niños en esta narración de Miura y la forma dramática en la que enlaza sus inquietudes y dolores con el mundo de las hadas, que aquí es retratado con particular crudeza. También me encanta el rol que asume Guts, sobre todo considerando el contexto del que viene el personaje, y posteriormente descubriendo hacia dónde se dirige como tal.
En fin: es un arco que disfruté mucho cuando lo leí y que logró emocionarme en tanto historia de fantasía. Berserk está muy asociada a una dimensión muy oscura de este tipo de ficciones, pero creo que sus puntos altos están justamente en esa belleza triste que se desliza de cuando en cuando, así como en ese sentido imbatible de esperanza que refulge aún más, en contraste con todos sus horrores.
En cuanto a las OST, más que un ideario, creo que muchos temas de videojuegos expresan un imaginario o inspiran una evocación similar a las cualidades estéticas de la fantasía. Insisto en esta formulación: sentimientos y sensaciones antes que ideas en sí. Algo mucho más orgánico y visceral que intelectual.
Quisiera aclarar que yo suelo escribir escuchando música. De ahí que me importe que lo que me evoque esta esté más o menos en sintonía con lo que estoy escribiendo. De hecho, hace años hice una lista de temas en relación con temas que, a mi juicio, sintonizaban con la fantasía.
En cuanto a recomendaciones puntuales de bandas sonoras que personalmente me suenen a fantasía, y con las que he escrito muchas cosas, destaco las siguientes:
- Child of Light
- Aquaria (esta me acompañó mientras escribía La niña que salió en busca del mar).
- Legend of Mana
- Terranigma
- Atelier Iris (1 y 2)
- Bravely Default
- The Legend of Zelda: 25th / 30th Anniversary Symphony
Autor: @vardheren
P11: ¿Qué canciones o música en específico consideras que ha influido o te han inspirado para escribir?
R: Oh, como queda patente en la pregunta anterior, la música de videojuegos ha sido una de mis mayores fuentes de inspiración desde que era niña, antes de comenzar a escribir formalmente. Compositores como Nobuo Uematsu, Yasunori Mitsuda, Yoko Shimomura han sido esenciales en mi experiencia de escritura y visionado.
[Respecto a esto último, aunque no lo parezca por mi miopía extrema, soy una autora muy "visual": en principio, veo escenas de mis personajes y entonces sé que puedo proceder a escribirlas (o transcribirlas). Quizá mi miopía afecta en el hecho de que casi nunca veo en detalle los entornos en los que se dan estas escenas. En mis descripciones, de hecho, creo que suelen predominar los colores, y creo que eso es porque es lo único que puedo percibir con certera nitidez con mis ojos desnudos. De ahí también que el aspecto auditivo sea algo que resuene más conmigo al momento de inspirarme].
En el terreno de la música más convencional, mis subgéneros favoritos son el power / symphonic metal, el dark folk y el post rock. Me centraré solo en el power / symphonic metal porque los otros dos suelen acompañarme en espacios más personales y no siempre asociados a la escritura en sí, o al menos, en el caso específico del post rock, no la de fantasía.
Mi descubrimiento adolescente de Rhapsody fue un hito importante para mi vida como autora de fantasía, como cuento en este testimonio. De ahí vinieron otros hallazgos dentro del estilo, entre los que destaco en particular a Sonata Arctica y Nightwish. Esta última banda en particular me sigue inspirando muchísimo. Escribí muchos pasajes de obra mayor con Oceanborn y Wishmaster de fondo.
Hoy en día, luego de una pausa de años de escuchar este género con la intensidad de antaño, me encontré con la bonita sorpresa de que habían surgido muchas bandas que buscaban retratar esa emoción épica (y acaso un tanto ridícula e hiperbólica): Twilight Force, Gloryhammer, Unleash the Archers, Beast in Black, etc.
También me abrí con el tiempo a otras dimensiones del metal, como el black metal atmosférico o el death metal.
Personalmente creo que el metal en general marida bien la con la fantasía, como lo demuestran algunos discos conceptuales tan emblemáticos como . Pero no te sabría decir bien por qué. Creo que quizá tenga que ver con las posibilidades líricas y sonoras que ha ofrecido esta música a lo largo de su tradición.
Esta filiación podría parecer genérica, pero en realidad no he conocido a mucha gente a la que le interese la fantasía y que disfrute del metal. O quizá es solo que no conozco a mucha gente que de verdad comparta mis intereses.
- 5/31/2021
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