Por razones que no termino de comprender, La niña que salió en busca del mar sigue llegando a nuevos lectores. Y es que la novela se lanzó hace mucho tiempo, tuvo una circulación paupérrima y fui fiel a mi resistencia de promocionarla por Internet según algunos populares modos actuales por parecerme estos de muy mal gusto, peligrosamente cercanos a una visión de la creación que no comparto.
Pero he aquí que, cuando ya no se espera nada, surgen agradables cosas inesperadas. En este caso, he recibido dos entusiastas reseñas y una entrevista sobre la novela.