Por motivos tan prosaicos como la necesidad de documentarme para mi tesis de máster, he estado orbitando con más o menos penurias en torno al medievalismo y al propio Medioevo, periodo en el que nunca me había sumergido seriamente, fuera de tempranos (y superficiales) intereses juveniles derivados de mi amor por la Fantasía.
Evidentemente, es imposible no sentir al menos un grado de curiosidad por el Medioevo si te gusta la Fantasía, pues su corriente medievalista es una de sus expresiones más importantes. Si bien me atrevo a aseverar que muchos escritores de Fantasía medievalista se han inclinado por esta expresión particular debido a la influencia de J.R.R. Tolkien antes que por una atracción directa hacia fuentes medievales en sí (como sucedió también conmigo misma), tampoco dudo en reconocer que el Medioevo ha de inspirarnos a casi todos desde su propio encanto y enigmas.
- 6/29/2018
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