Querida Ursula:
Hoy he despertado en un mundo en el que ya no estás. Ese gran árbol que eras, el último gran corazón palpitante del bosque en el que vivimos, ha caído. Todo está más vacío sin ti. Muchos pájaros se han quedado sin hogar, las constelaciones ya no pueden crear nuevas figuras escondiéndose en tu dosel y la tierra llora por la partida de tus raíces, que tanto sostuvieron sus cimientos y los de todos nosotros. Nuestras ramas torpes oscilan perdidas ante el viento: ya no encuentran en el cielo tus amorosos brazos de madre para acunar nuestros sueños y esperanzas.
- 1/24/2018
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