Conceptos: ¿Qué es la Fantasía? (III)
2/13/2013
1-. Orígenes míticos y legendarios de la Fantasía
2-. Características de la Fantasía o Fantasy
En la primera entrada de esta serie identificamos tres nociones distintas y vigentes para el término Fantasía. En la segunda entrada, abordamos la Fantasía en la literatura a través de la caracterización del concepto de literatura fantástica, conocido en Latinoamérica principalmente por la inclusión del componente fantástico y por el auge que tuvo el real maravilloso devenido en realismo mágico. Esta tercera entrada abordará la segunda noción que identificamos para la Fantasía, la que me parece más “pura” de ellas por implicar la creación coherente de un universo autónomo en el que la verosimilitud literaria se pone a su máxima prueba.
1-. Orígenes
a) Mito
Los orígenes de este tipo de Fantasía son, tal vez, lo más remotos de toda manifestación literaria, pues se encuentran en los mitos que las primeras culturas fueron creándose para darle sentido coherente a hechos naturales que les resultaban imposibles de entender o explicar, como la creación del universo. En estos relatos, la Fantasía surgía para llenar un vacío de conocimiento y trasladar estos hechos inexplicables a una esfera paralela a la humana. Esto explica que, por ejemplo, muchos dioses sean descritos de una forma tan sobrenatural, pero sin que por ello dejen de poseer conductas propias de los seres humanos. Debido a su naturaleza arquetípica, en general los mitos suelen ser de carácter universal, repitiéndose temáticas, estructuras narrativas y hasta tipos de dioses en culturas aparentemente muy distantes.
Los mitos, por tanto, no eran considerados ficción, sino narraciones verídicas respecto a cómo se habían originado determinados aspectos de la realidad. Es decir, no se los percibía como elementos que fueran a perturbar el orden cotidiano, puesto que se los concebía como integrantes de una dimensión superior a la concreta.
Debido a que su transmisión fue ante todo oral, pueden existir diversas versiones para cada mito. Afortunadamente, sobrevivieron algunos textos que permitieron refundir estos relatos de manera que pudieran perdurar íntegros en el tiempo, gracias a los cuales obras fundamentales pueden ser leídas y conocidas hoy en día.
b) Leyenda
En el transcurso de las épocas, y sobre todo gracias a las crecientes influencias del cristianismo y el islam como instituciones cada vez más poderosas, los relatos míticos fueron perdiendo terreno ante la homogeneización religiosa, que intentó reemplazar con sus propios relatos fundacionales las diversas cosmogonías existentes. Sin embargo, las características fantásticas perduraron de manera encubierta en los pueblos, que las siguieron transmitiendo oralmente como parte del saber popular. Es en este contexto en donde surgen las leyendas, relatos que en esta ocasión sí son considerados ficcionales a pesar de estar usualmente basados en hechos o eventos reales y que, a diferencia de los mitos, son particulares de cada cultura.
Lo que se mantiene es el hecho de que resulten frecuentes los arquetipos, aunque en esta ocasión asociados a figuras más humanas que divinas. Asimismo, estos relatos también cumplían una función: explicar detalles concretos sobre la naturaleza de nuestro mundo y de la humanidad, pero de una forma mucho más acotada y particular que el mito.
Para facilitar la comparación, usemos narraciones de la cultura mapuche. Un ejemplo de mito sería el de las serpientes Cai Cai y Tren Tren, que es equiparable a otros relatos míticos que incluyen al diluvio como elemento de crisis para la sociedad y como nuevo punto de partida. Un ejemplo de leyenda, en cambio, podría ser la del copihue, pues explica el origen de esta flor a partir de una historia de amor truncado.
Con el paso de las eras, estas dos formas fueron refundiéndose e influyendo en múltiples manifestaciones que con el tiempo se convertirían en lo que tradicionalmente entendemos como Fantasía. No pretendo hacer un repaso exhaustivo de todas ellas aquí porque creo que excede en mucho el propósito de esta entrada, y hacer un resumen breve, como el que había intentado hacer en un borrador, me demostró que sería insuficiente. Por ello, preferí centrarme en aquello que era mi interés principal: la Fantasía moderna, pues será a partir del análisis de algunas de sus características que podremos delimitarla en relación con las otras definiciones de esta serie de artículos :)
2-. Características generales de la Fantasía moderna
Podría decirse que fue la publicación de las principales obras de Tolkien las que sentaron el punto de partida para la Fantasía moderna tal y como se le suele reconocer habitualmente y, a la vez, varios rasgos que son comúnmente identificados por las personas hoy en día, sean aficionadas al género o no.
Intentando abarcar una definición general, podríamos señalar que la Fantasía se basa en la existencia de un mundo alterno independiente al que conocemos, con sus propias leyes de funcionamiento, cultura o contexto. Este mundo, si bien naturalmente inspirado en el nuestro y en sus características, va a estar creado casi desde cero, necesitando un esfuerzo mayor de ficcionalización.
Este es un aspecto interesante y que permite rebatir el argumento de que, al menos en literatura, todo es ficción, entendiéndola aquí como sinónimo de “fantasía”. Sin embargo, el realismo y otros géneros similares se basan para su construcción ficticia en elementos concretos y/o históricos, como locaciones, objetos, nombres de personajes clave o eventos que han existido o existen en nuestro mundo. Este tipo de obras se sostiene en los conocimientos previos de los lectores de su propio entorno, pues no será necesario entrar a explicar, por ejemplo, qué es un tren o una mesa.
El mundo de la Fantasía constituirá entonces un Mundo Secundario en relación con aquel en el que vivimos, según la terminología de Tolkien, porque su existencia dependerá del acto de subcreación que realice alguien en este Mundo Primario.
Básicamente, la Fantasía expondrá elementos, criaturas y circunstancias imposibles de existir en el Mundo Primario bajo cualquier tipo de regla posible en nuestro contexto real. Muchas veces, estos factores se relacionarán con aspectos arcaicos de nuestro propio mundo, en contraposición a la Ciencia Ficción, que optará por otros que estén ligados al desarrollo tecnológico y científico de la sociedad. Mientras la CF volcará su mirada hacia el futuro, la Fantasía acostumbrará a hacerlo hacia un pasado imposible, o bien, hacia ese en el que los mitos y las leyendas eran parte indistinguible de la realidad.
Sin embargo, que exista esta libertad para crear desde lo imposible no significa que se pueda quebrantar toda regla. Por el contrario, siempre que haya un Mundo Secundario habrá también una Fe Secundaria, que se referirá a las reglas de verosimilitud fantástica específicas para ese universo narrativo. Puede que coincidan o no en parte con las de nuestra realidad (si bien lo más probable es que transgredan algunas de una forma u otra); lo importante será que se mantenga la coherencia con aquellas reglas que forman parte de la historia.
a) Categorías y subgéneros de la Fantasía
La Fantasía puede adoptar diversas formas según sea la intención estética de su autor, distinguiéndose al menos dos modos principales de los que se desprenderán multitud de subgéneros: la Alta Fantasía y la Baja Fantasía. Contrario a lo que se pueda suponer, esta definición no recae en la calidad de la obra, sino en el grado de inmersión que ésta presente en relación con su Mundo Secundario. La Alta Fantasía entrega un Mundo Secundario sin conexión alguna con el nuestro; la Baja Fantasía, en tanto, suele exponer una recreación ficticia de nuestro propio mundo y además un Mundo Secundario, enlazando ambos a través de un elemento que funcione como portal entre los dos.
Se suele identificar el imaginario fantástico con el Medioevo, acaso por la influencia del ciclo artúrico, pero esto no es un requisito y, de hecho, no hay que confundir la ambientación medieval con la Fantasía ni restringir ésta sólo en su faceta más épica. Podemos tener una obra perfectamente fantástica sin que existan dragones, caballeros, magos o incluso magia en el sentido más tradicional. Si quieres conocer el potencial que puede llegar a tener la Fantasía por medio de sus diversas manifestaciones, haz clic aquí para ver una lista de subgéneros posibles con su respectiva definición.
b) Estilo en la Fantasía
En términos de estilo, la Fantasía también depende mucho de la consistencia y coherencia de su universo narrativo. Decía Le Guin, refiriéndose al riesgo que implicaba toda historia fantástica bien escrita, que su lectura debía forzosamente cambiarnos de alguna manera. ¿No aplicaría también eso a la literatura en general? Sí, pero aquí el asunto es diferente.
Volviendo una vez más sobre el alcance de los referentes reales, tenemos que en la literatura que no es de Fantasía estos permiten al lector volver a ellos si la obra en cuestión falla al recrearlos bien en su ficción. Pero en la Fantasía, literalmente, el autor crea un mundo con sus palabras. Es en el lenguaje en donde reposa TODO este universo narrativo, de modo que un tratamiento estético insuficiente sin duda hundirá la sinceridad y calidad de la obra que pretende ser fantástica.
¿Cómo sería, concretamente, un estilo bien logrado en Fantasía? Pues, además de dotar de consistencia al Mundo Secundario para que se note que es un entorno autónomo y distintivo, los personajes deben hablar y comportarse de manera adecuada a su naturaleza. Por supuesto, al vivir en un mundo distinto al nuestro, no podrán proceder de la misma forma que nosotros, por mucho que compartamos.
La Fantasía usualmente potencia y exalta la realidad, de modo que los personajes presentes en ella deben actuar conforme a ese contexto. Por ejemplo, un sabio de cientos de años no necesariamente tendrá que retratarse en un habla engorrosa, sino a través de una que represente una visión que refleje lo que ha significado para él vivir todos esos años a lo largo de diversas experiencias.
Asimismo, el estilo de la Fantasía puede permitirse determinadas licencias poéticas y descriptivas en la medida en que permitan crear la ilusión del Mundo Secundario de turno. Es indudable que si estamos escribiendo sobre una criatura o un artefacto que no existen más que en nuestra historia, no nos baste la mera palabra que los designa. Tendremos entonces que proceder a explicar o insinuar cómo son o cómo funcionan de una manera detallada, pero sin que por ello se pierda naturalidad o fluidez. Sin embargo, se debiera evitar una expansión innecesaria de adjetivos o florituras que no tengan valor estético real para la historia, de la misma forma en la que se debiera evitar una condensación que se base sólo en enumerar elementos usuales en el género —como las palabras “dragón” o “magia” o nombres/lenguajes que suenen raro— para intentar crear de manera fraudulenta un entorno de Fantasía.
Como podemos apreciar, la Fantasía es una manifestación literaria bastante compleja. Antes que un portento de la imaginación sin pies ni cabeza, se trata de una forma particular para entender y resignificar la realidad que ha estado con nosotros desde tiempos inmemorables y que ha ido adaptándose al contexto de cada siglo, hasta llegar a lo que actualmente podemos entender como «Fantasía».
Debido a sus orígenes arcaicos, podemos comprender que este género es distinto a lo fantástico, entre otras cosas, porque nace de una intención de brindarle un sentido más amplio a la existencia, en lugar de cuestionar los siempre difusos límites entre realidad e ilusión. Se distingue asimismo del realismo mágico porque crea un universo autónomo a partir de la esencia humana en general, y no necesariamente desde un contexto más o menos concreto como vendría a serlo el de Latinoamérica, por mucho que en ambos géneros se presenten situaciones imposibles o maravillosas.
Sin embargo, y volviendo a las categorías esbozadas al inicio de estos artículos, ¿en qué se diferencia la Fantasía de lo que entonces llamamos «literatura fantasiosa»? Eso lo veremos en detalle en la próxima entrada, la cuarta y última de la serie ¿Qué es la Fantasía?.
Lecturas recomendadas:
• John Clute & John Grant. The Encyclopedia of Fantasy.
• J.R.R Tolkien. Sobre los Cuentos de Hadas.
Continúa por acá:
• ¿Qué es la Fantasía? I : Algunas definiciones preliminares de "Fantasía".
• ¿Qué es la Fantasía? II : Lo fantástico y el real maravilloso en Latinoamérica.
• ¿Qué es la Fantasía? IV : Lo fantasioso como degradación de la Fantasía.
ACTUALIZACIÓN
Obviamente, he seguido trabajando estos temas en el tiempo. Este es un texto sintético que refina estas aproximaciones: "Distinguiendo una vez más la Fantasía de lo fantástico, o cómo cortar la enésima cabeza de la hidra" (2021).
6 comentarios
¡Excelente artículo, Paula!
ResponderEliminarConciso, claro y al callo. Creo que lo mejor es la suerte de acercamiento intuitivo-lógico con el que vas estableciendo las diferencias entre la Fantasía y otras "visiones fantásticas", por así decirlo.
Saludos cordiales,
F.
Gracias, Felipe. Aunque uso referencias teóricas, la verdad es que me agrada el desafío de tratar de ser lo más divulgativa posible, porque es algo que siento me cuesta mucho c:
Eliminar¡Saludos!
Muy interesante y bastante informativo, pero la fantasía insiste e salirse de los cánones y reglas y se pone chúcara cuando intentan definirla.
ResponderEliminarLo sé, es sólo que si nos amparamos en ese desdibujamiento al final se puede perder la esencia del género y se puede terminar con afirmaciones como la que cito en el texto mismo: que todo es fantasía. Y volveríamos al estado de la ficción especulativa en Chile del 2009 hacia abajo: leyendo bajo el rótulo de "literatura fantástica" a obras muy diversas.
EliminarSé que puede sonar feo que lo diga así, pero personalmente me desconcertaba mucho abrir un libro catalogado así y encontrarme con baratideces, por ejemplo, para usar referencia de un autor muy conocido en el área. No es un imaginario que me agrade leer, independiente de su calidad, sea la que sea, y siento que es muy distinto a la Fantasía/fantasy de aquí.
Con todo, siempre hay que recordar que este texto representa mi visión personal de las cosas c: Digamos que me gusta tener todo un mundo por delante para crear, pero sabiendo de antemano si es aéreo, terrestre o acuático. Me sirve para poder crear un entorno consistente, supongo :)
¡Saludos!
El cristianismo adapto muchos mitos o leyendas en conveniencia propia, pero la alquimia les funciono al revés ya que terminaron transmutando el oro en mierda (disculpas por el termino). Pero bueno eso es harina de otro costal.
ResponderEliminarHablando de literatura creo que la biblia en unos de los buenos libros de fantasía que existen, aunque nunca lo he leído ya que para mi la fantasía no es para embaucar ingenuos si no que para entretener y alejarnos un poquito de la monótona realidad, aunque como dijo Tolkien puede transformarse en mazmorras para los incautos. Y hablando de Tolkien voy a imaginar que ocurre una catástrofe en la tierra y que miles años después cuando nosotros seamos prehistoria para el futuro los sobrevivientes entre tantas ruinas encuentran los escritos de la Ainulindalë, ¿podrían llegar a creer que así se formo nuestro mundo?.... ¿ por qué no ? si lo mismo ocurre con el génesis en la Biblia... ambos textos muy bien desarrollados, como en todo buen libro de fantasía donde la coherencia nos puede llegar a hacer creer que lo que allí se cuenta realmente si ocurrió.
A veces se me ocurren esas ideas medias locas, muy bueno tus textos Alejandra, he aprendido mucho gracias a ellos.
Saludos
Me gusto mucho, creo que me gusto más que los dos anteriores :), espero que aún sigas escribiendo.
ResponderEliminarPd: Me gusto esa especie de imagen que pusiste para separar el texto.
Saludos