- 8/10/2014
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Fantasía y realismo parecen opuestos, ¿pero es efectivamente así? En esta columna, a partir de mi testimonio personal con ambas estéticas, intento demostrar que las dos comparten la voluntad de trascendencia, esperanza y verdad.
El falso realismo es la literatura escapista de nuestro tiempo.
Ursula K. Le Guin
Tradicionalmente, Fantasía y realismo son concebidas como estéticas antagónicas por la mayoría de los lectores, tanto por aquellos que se sienten más afines a una particular como por quienes prefieren la otra. Por cierto que ambas se sostienen en principios que pueden parecer contradictorios, a pesar de compartir su naturaleza ficcional: a grandes rasgos, mientras la Fantasía se basa en el potencial demiúrgico de la creación de universos autónomos para proveer consuelo y esperanza a las grandes limitaciones y penas de la humanidad, el realismo procura convertirse en un fiel reflejo de lo que entendemos por "realidad" para ayudarnos entender la naturaleza de una sociedad en particular, junto con su política, su arte y su cultura, entre otras manifestaciones.
- 7/26/2014
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Es muy común que muchos autores confiesen que ponen música de fondo para inspirarse mientras escriben. Al parecer, algo habría en la sonoridad de determinados temas o canciones que favorecerían la concentración, o bien, al ser composiciones del gusto del autor, harían más amena la desafiante tarea de escribir.
Pero para mí la música trasciende estos dos usos frecuentes. Al ser una autora de Fantasía, siento que esto implica una consagración hacia una estética que no tiene por qué plasmarse sólo a través de la palabra literaria. Así como soy una enfurecida y apasionada defensora de las narrativas de muchos videojuegos como historias de Fantasía importantes, también sostengo que existe música cuya expresión no puedo sino enlazar íntimamente a esta estética.
- 6/27/2014
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El 13/05/2014, invitada por J.L Flores, sostuve la charla Mundos Posibles del Colegio Altamira junto a Francisca Solar, centrada en la Fantasía, la escritura, la experiencia como autor y las historias que amamos. Esta es mi crónica del evento.
El pasado 13 de mayo fui invitada por el escritor José Luis Flores a una charla en el colegio Altamira (R.M, Peñalolén) junto a la también escritora Francisca Solar, ambos dos autores de literatura fantástica muy conocidos en Chile, sobre todo por el público juvenil, pues muchas de sus obras se encuentran disponibles en bibliotecas públicas y escolares. La charla se tituló “Mundos posibles” y se dio en el marco del grupo del taller de creación literaria, guiado por el propio José Luis. La idea era plantear una conversación abierta en que Francisca y yo pudiéramos discutir y compartir diversas visiones y posturas en torno al tema, desde nuestra experiencia en la lectura y escritura.
- 6/05/2014
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En tanto personaje de Disney, hay mucho prejuicio en torno a Tío Rico como emblema del capitalismo. Pero ¿qué se esconde tras esta superficie? Las obras de Don Rosa y de Tuomas Holopainen recrean la historia de Tío Rico, convirtiendo su vida en una narración humana y significativa.
Quiero comenzar este texto aclarando que aquello de lo que voy a hablar a continuación no tiene mucho que ver, a simple vista, con el perfil de este blog. ¿Pero saben qué? No me importa en lo absoluto. Prefiero escribir aquí sobre historias que no puedan vincularse inmediatamente a la Fantasía pero que sí reflejen su esencia última, a terminar llenándome la boca (o los dedos) de cosas que tengan algunos elementos fácilmente reconocibles pero que sean vanas y mediocres. Falsas.
Escribir sobre esto para mí es una necesidad y un compromiso. Por ello, este texto volverá a mostrarse íntimo y personal en sus palabras, así como extraordinariamente extenso. En esta oportunidad no deseo fragmentarlo en varias partes como he hecho con otras entradas: el que quiera leerlo entero, puede hacerlo hoy u otro día. Y si nadie quiere leerlo está bien: este es mi viaje y lo comparto para brindarle a alguien la oportunidad de viajar conmigo también y compartir a su vez sus propias experiencias, si lo desea.
- 4/19/2014
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¿Dónde están los libros de Fantasía en bibliotecas y librerías? Muchos best sellers fantásticos juveniles, pero no Fantasía. Acá reflexiono sobre la necesidad de difundir estas obras para lectores jóvenes que busquen experiencias de lectura distintas, como las que tuvimos nosotros.
Inicialmente había empezado este texto con el título “En busca de la Fantasía”, pero al final terminé descartándolo por la amplitud de su resonancia. ¿Cuánto podría significar semejantes palabras? Demasiado: básicamente lo que yo misma, con mayor y menor fortuna, he hecho mi vida entera. Buscar la Fantasía: ir tras ella como una huella cada vez más difusa en el camino, perderse en palabras ajenas de libros de hojas amarillas o blancas tras nombres olvidados o marginados, llorar lágrimas tibias que quemen la hiedra de la muerte o traigan a la realidad un recuerdo de Faërie, como una flor imperecedera.
En realidad, algo de eso hay en el verdadero tema que quisiera comentar en estas líneas, que serán más experimentales e íntimas que de costumbre: la publicación contemporánea de las obras literarias de Fantasía, su difusión y su hallazgo. Porque sin obras de Fantasía, evidentemente, no puede haber nada de lo anterior, y la literatura en especial —acaso la única magia que vale la pena conjurar— tienen el don de contarnos un mundo y una historia que sólo existe en la medida en que nos entregamos a sus palabras, una abstracción mucho más escurridiza que el sonido o los colores.
- 3/29/2014
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Una noción muy extendida sobre la literatura es su rol de compromiso político-social. En esta columna intento exponer por qué considero que a la Fantasía no debería imponérsele este compromiso, al centrarse en aspectos más trascendentes que una política o sociedad contingentes: la humanidad misma.
Comenzaré esta columna contando una anécdota: hace mucho tiempo, en un país europeo, había una vez un autor que escribió una extensa obra infantil, pero que tuvo dificultades para publicar por las tendencias editoriales vigentes por entonces en su nación. Había al menos dos reparos principales de editoriales y críticos: el primero, relacionado con un criterio económico, señalaba que la literatura infantil no vendía y que no convenía arriesgarse con un libro como ese, tan grande además. El otro, relacionado con la visión sobre el arte y, en particular, con la Fantasía, señalaba que la obra de este autor era impublicable porque carecía de didactismo (que era lo que se esperaba en una novela infantil) y, aun peor, de crítica social o política. La industria literaria del país no necesitaba —no quería— trabajos «escapistas», sino obras que estuvieran comprometidas con la contigencia sociocultural de la nación y que, en suma, expusieran una visión de mundo concreta con un fin solapadamente utilitario y práctico, probablemente para modelar los pensamientos de los niños hacia determinada postura política.
- 3/01/2014
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Recientemente Tierra de Fay ha cumplido su primer año de vida como sitio especializado en la difusión y el pensamiento crítico de la Fantasía. En esta entrada, a modo de pequeño homenaje, comentaré a grandes rasgos los desafíos que supone un blog de semejantes características, en un mundo al que no le gusta pensar, y menos la Fantasía.
Según la fecha de su primera publicación, Tierra de Fay ha alcanzado ya su primer año de vida desde que, tras llevar un par de meses buscando plantillas idóneas y recopilando material inicial, me animara al fin a publicar este espacio como un blog.
La fecha exacta, en su momento, pasó sin pena ni gloria en mi memoria. Curiosamente por entonces nos encontrábamos en una etapa en la que abundaban los recuentos de fin de año y las expectativas para el próximo, reflexiones que por lo general prefiero mantener privadas, aun cuando el 2013 recién pasado haya sido un año particularmente intenso para mí en cuanto a victorias, pérdidas y, sobre todo, cambios y desafíos personales. Intenté, por cierto, escribir un par de textos, pero no pude terminarlos: me preguntaba constantemente si no estaría cayendo también en la tendencia de demostrarle al mundo mis logros, o bien, si no estaría volcándome a lo contrario a propósito, sonando demasiado amarga al basarme en expectativas cuyo cumplimiento no dependían sólo de mí.
- 2/07/2014
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