Ilustración de portada de Nacha Márquez. |
Contexto
Luego de un inicio de año bastante turbulento en lo personal, el destino se abre a una nueva gracia: la publicación de un nuevo libro, esta vez de ensayo, titulado La añoranza feérica: ensayos sobre literatura de fantasía, bajo el alero de la editorial independiente chilena Imaginistas.
La añoranza feérica compila un conjunto de siete ensayos que antologan buena parte de mis intereses y obsesiones hacia la Fantasía desde que empecé a recorrer su empinado sendero públicamente (es decir, como una escritora con la voluntad de ofrecer su trabajo al ancho y casi siempre ajeno mundo exterior).
En esta compilación hay textos inéditos y otros que ya he publicado en otros espacios virtuales, pero revisados, corregidos y editados para esta publicación. Todos se enfocan en temas o dimensiones estéticas en torno a la literatura de Fantasía, con numerosos análisis de obras literarias significativas para mí, de diferentes procedencias y épocas, diseminadas entre mis pensamientos. Hay algunos más experimentales en forma (no demasiado) y otros más “académicos” (tampoco demasiado). He procurado que haya cierta variedad en cuanto a obras, ideas y tonos, pero me temo (celebro) que cada uno de mis núcleos están presentes de manera constante a lo largo de toda la obra.
No hay muchas cosas intelectuales de las que me enorgullezca con plena y absurda dicha en mi vida, y algunas de las que más caras me resultan son un tanto extrañas. Esta es una de ellas: estoy orgullosa de mi consistencia Fantasista a lo largo de todos estos años. He seguido amando, contra viento, marea e insidias ajenas, los nombres y las obras de mis maestros de siempre; he comentado y criticado los mismos fenómenos que siempre he considerado máculas y afrentas hacia la concepción de Fantasía admiro, que cultivo y que amo; y he seguido repitiendo “como un loro” las mismas ideas estéticas, porque siempre he sabido que en realidad esta fidelidad es una vocación de fénix: sembrar para mí las esperanzas que me permitirán alzarme de las cenizas.
Este libro es también una consagración de esa consistencia, de esa lucha de nunca acabar, de esa dicha profunda, a veces dulce y a veces intensa, que es para mí ser una Fantasista.
A continuación comparto una descripción de los temas, enfoques, orígenes y trayectorias de cada uno de los ensayos del libro.
Los siete ensayos
I. Una lámpara arde aún en el bosque: inicios de la fantasía, inicios de mi fantasía
Texto inédito. Escribí parte de él por encargo de una editora chilena, para «justificar» el mérito de una antología de mi autoría ante los Fondos de Cultura de Chile. Escribí ese texto y se lo envié. Pero al final la editora decidió no postular mi manuscrito a los fondos, y declinó igualmente publicarlo por cualquier otra vía, porque no sabía «cómo vender fantasía» [sic].
Este libro se publicó años después bajo el título de El idioma de los dragones, en otra editorial chilena, Trazos de Aves.
El ensayo original que redacté me pareció una introducción aceptable a algunas generalidades sobre los orígenes preliterarios de la fantasía, y se me ocurrió que podía reformularlo para que incluyese también algunos aspectos sobre mis propios orígenes tempranos como Fantasista, a partir de información biográfica que he compartido en la presentación de mi blog y en diversas entrevistas.
II. J. R. R. Tolkien como portal de entrada a la fantasía
Texto publicado originalmente, con variaciones, en el proyecto web Vagalumbre, bajo el título «Di amigo y entra: una discusión de la obra de J.R.R. Tolkien como portal de entrada a la fantasía» (Marzo de 2020).
Reformulé algunas de las ideas de ese artículo para mi charla «Claroscuros de la influencia de la obra de J.R.R. Tolkien en la fantasía latinoamericana» del II Seminario Tolkien: El legado de la Tierra Media, organizado por la Sociedad Tolkien Colombia (Septiembre de 2021). Hice lo propio con la versión ensayística de esta charla, publicada bajo el título «Sobre el peso de la influencia de J.R.R. Tolkien, o las luces detrás de la alargada sombra» en el número 12 de la revista Dragón Verde de esta misma organización (Marzo de 2022).
III. Para urdir un encantamiento: el estilo en la literatura de fantasía
Texto inédito. Desarrollé algunas de sus ideas en la ponencia «Las voces de Faërie: una revisión crítica de From Elfland to Poughkeepsie (1973) de Ursula K. Le Guin y de la importancia del estilo en la literatura de fantasía», presentada en la mesa «Dos siglos de imaginación subcreadora: poéticas de la literatura de fantasía» del II Encuentro de Literatura Fantástica y de Ciencia Ficción, organizado de la Pontificia Universidad Católica de Chile (Junio de 2019, Santiago de Chile).
Como nota curiosa, esta mesa la propusimos los propios autores (Emilio Araya, Exequiel Monge [Joseph Michael Brennan] y yo) a la organización, porque no había ninguna línea temática que abordara la fantasía como literatura autónoma. Los nuestros fueron los únicos trabajos dedicados exclusivamente a la fantasía de un total de casi veinte mesas...
IV. La idea de una fantasía latinoamericana
Texto publicado originalmente, con variaciones, en el proyecto web Vagalumbre, bajo el mismo título (Octubre de 2020).
La fuente de este ensayo original se desprende principalmente de un trabajo de fin de curso de la asignatura «Teoría latinoamericana» que estudié en el Magíster de Literatura de la Universidad de Chile. De manera secundaria, rescato también algunas ideas que desarrollé en mi artículo académico «Trascendiendo el imaginario latinoamericano: la fantasía en la Saga de los Confines de Liliana Bodoc», publicado como un capítulo del libro Literatura para infancia, adolescencia y juventud: reflexiones desde los estudios literarios (Editorial Universitaria, 2016).
Del mismo modo, estos tres ensayos fueron la fuente intelectual de mi artículo académico «Latin American Fantasy as Heterogeneous Literature: Between Neomedievalism and Latin Americanism», publicado como un capítulo del libro The Palgrave Handbook of Global Fantasy (Palgrave MacMillan, 2023).
V. Retrato del Fantasista adolescente: un análisis de la subcreación juvenil a partir de sendas novelas de Verónica Murguía y Katherine Paterson
Texto inédito. Originalmente escribí una versión más extensa y académica por encargo de una editorial independiente española que pretendía publicar un libro divulgativo de estudios sobre literatura infantil y juvenil imaginativa. Sin embargo, a pesar de que ya había firmado un contrato, la editorial cerró y desapareció sin más, antes de editar el libro. Finalmente liberé el texto original en Internet por mi cuenta.
Esta versión de aquel trabajo es más sintética e incluye algunas ideas adicionales sobre la literatura infantil y juvenil de fantasía que he ido explorando en los últimos diez años, en textos como «Importancia de la fantasía en la literatura infantil» (Junio-Julio de 2013) y «Post mortem: yo, autora de LIJ» (Diciembre de 2022), el primero publicado en el proyecto colectivo Fantasía Austral y el segundo en mi blog Tierra de Fay.
VI. Fantasista/Autista: una lectura personal, errática y exploratoria de la fantasía desde la condición del espectro autista
Texto inédito.
VII. Escribir fantasía en oro: esbozos de mi poética personal en torno a la literatura de fantasía
Texto publicado originalmente, con variaciones, en mi blog Tierra de Fay, bajo el mismo título (Febrero de 2022).
Rescoldos, o la naturaleza de esta vulnerabilidad
Me ha costado bastante hacerme de ánimos para sentarme a escribir esta crónica, y eso en principio me sorprendió, pues ¿no es acaso este un espacio sumamente especial para mí? Luego del páramo de diez años que viví, sin poder publicar ni un solo de todos los trabajos que logré escribir en esa época, poder dar a luz estas breves crónicas se volvió para mí un acto cuasi sagrado, de dulce y serena alegría. ¿Por qué en esta ocasión ha sido diferente? Incluso han venido a mí recuerdos y compañías musicales que pertenecen a otras épocas, ciertamente mucho más infelices, oscuras y desesperanzadas. ¿Por qué?
Creo que puede deberse a la naturaleza de este proyecto. Si bien ningún ensayo está en sí enmarcado en algunos de aquellos años oscuros, muchas de sus raíces se sostienen en ese pasado ya tan remoto. Así como siempre he sido sincera en expresar que le debo todo a esa adolescente atroz que sobrevivió por Obra Mayor, de pronto descubro que también le debo bastante a esa mujer aún joven, tan triste y violentada y furiosa, que seguía aferrándose a la Fantasía con las manos ensangrentadas, esta vez ahora también desde las primeras semillas de pensamiento.
Sin duda que hay algo de doloroso en ese descubrimiento. Es más fácil perdonar y cobijar el recuerdo de una adolescente torcida; no tanto el de una veinteañera que supuestamente tendría que haber tenido más madurez y entendimiento de ciertas cosas, no solo “literarias”. Pero quizá tuvo que haber furia en muchas de esas palabras para que las actuales pudieran emerger más templadas en sus críticas, y para que en ellas ahora también pueda haber espacio de esas otras calideces que son la gratitud y la esperanza. Y, claro está, igualmente para una tristeza más dulce, que ya no me llaga las manos, y que con alivio prefiero a la rabia y a la desesperación.
Como explico en el prólogo del libro, esta es una obra de ensayos, sí. Pero también es una autobiografía de los últimos diez, doce años, al menos de mí como Fantasista. En ese sentido, es un libro bastante, peligrosamente intimista. Es cierto que siempre estoy mostrando mucho de mí en obras literarias, por supuesto, pero creo que incluso en los casos más explícitos está siempre el lenguaje poroso de los símbolos para cubrir parte de las vulnerabilidades. En este caso, el manto de la ficción no puede ampararme.
No negaré que estoy algo asustada de ofrecer esto de mí ante el público lector, sobre todo porque publicar supone siempre liberar la obra. Nunca sabes quiénes terminarán llegando a ella, para bien o para mal. Está de nuevo la pregunta sempiterna: ¿entenderá el lector desconocido lo que estoy tratando expresar? ¿Qué verá este lector en todas estas palabras apiñadas? Más allá del mensaje, del estímulo del intelecto y el espíritu: ¿se podrán percibir las lágrimas y los goterones de sangre de quien fui, de quien aún no podía escribir todo eso, de esta forma, pero quien abrió la tierra para que pudieran plantarse estas semillas?
¿Se entenderá que todas estas palabras apiñadas son en realidad un camino, el que he recorrido desde hace ya tanto tiempo, y que espero poder seguir recorriendo mucho tiempo más, ojalá desde una soledad más integrada y a la vez desde compañías más sinceras y dulces, como las que poco a poco he ido encontrando?
Palabras al viento, botellas al mar. La vieja lucha de siempre, con más cansancio, vejez y pena, pero con otras gracias también a cuestas: a sadder and a wiser woman, she rises the morrow morn.
Mi plegaria en esta ocasión es algo más concreta: hacer de ti, lector desconocido, un nuevo aspirante a Fantasista. Que empieces a ver en estas obras, gracias a mis palabras y a las de tantos maestros que a la vez las inspiraron, mucho de lo que yo he logrado ver en ellas a lo largo de estos años. Que te importe la Fantasía, más allá del esparcimiento y la moda y la cosa social. Que entiendas cuán importante es luchar por ella, por todo lo que se habría perdido o podría perderse aún en nosotros si permitimos que ella se pierda. Que sientas cuán bella y dulce y desafiante y sagrada es o puede ser.
¿Será posible?
Dejo ir también esa duda y ahora me entrego a los pequeños ritos que suponen una nueva publicación.
Que esto sea una nueva forma de consuelo y paz.
- 5/27/2024
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